A uno le llega lo que tolera

La vida te trata como te tratas

10/16/20252 min read

silhouette of person standing on rock surrounded by body of water
silhouette of person standing on rock surrounded by body of water

Siempre será más fácil echarle la culpa a los demás por las faltas de respeto que uno mismo permite. ¿Y cómo no? Es más sencillo decir: mi pareja no me toma en cuenta, mi jefe es un insensible que quiere que trabaje las 24 horas al día, el mundo es duro y cruel y me exige demasiado…

Dicho así, pareciera que estamos con las manos atadas, sin poder de decisión ni acción. Es la posición de víctima en todo su esplendor.

Y sí, es cierto: hay gente grosera, hay circunstancias difíciles en la vida. Pero si todos estamos expuestos a las mismas vicisitudes, ¿por qué algunos florecen mientras otros se marchitan? Buena pregunta.

Partamos de un principio: como es afuera, es adentro. Si mi autovaloración está por el piso, eso inevitablemente se refleja en mi mundo exterior. Si no me respeto, no puedo esperar respeto de los demás. Todo comienza con nosotros mismos. El mundo exterior se convierte en un espejo de la relación que tenemos con nuestro interior.

La vida es como una universidad con varias materias, y una de las más importantes es la autoestima. De ahí se desprenden muchos “cursos”, pero enfoquémonos en dos: la autovaloración y la autoprotección.

La autovaloración es la capacidad de reconocer nuestro valor como seres humanos completos, abundantes, capaces y creados a semejanza de Dios. La autoprotección, en cambio, es la habilidad de poner límites que resguarden ese tesoro tan valioso que somos.

En palabras sencillas: cuando reconocemos que somos dignos de amor y cuidado, aprendemos a protegernos con límites sanos que evitan que nos sintamos amenazados, abusados o poco valorados.

Mientras vamos fortaleciendo nuestra autovaloración y autoprotección, las personas y situaciones que llegan a nuestra vida serán un reflejo de ese nivel. Si “medio” nos protegemos, nos encontraremos con personas que “medio” nos cuiden. ¿Me explico?

Al final, uno recibe lo que tolera, lo que permite, lo que acepta.

Si hoy hay situaciones en tu vida que no te gustan, pregúntate: ¿Qué estoy tolerando? Y a partir de ahí, comienza a hacer ajustes.

Liliana Henríquez