Mente y corazón sincronizados

La historia detrás de mi logo

2/6/20252 min read

Hoy quiero compartir contigo la historia detrás de mi logo. Se trata de un cerebro y un corazón unidos por una especie de cuerda, una analogía que utilizo frecuentemente con mis pacientes para ilustrar un concepto fundamental: la mente y las emociones están sincronizadas. La pregunta sería, ¿El resultado de esta sincronización me está favoreciendo o me está creando un conflicto interno?

Cuando nos sentimos mal, siempre hay un pensamiento o una creencia detrás. Las emociones no surgen de la nada; siempre hay un detonante. Nuestro cuerpo recibe un estímulo específico—una conversación, un gesto, una mirada—y, de manera automática, lo asocia con un pensamiento o una creencia preexistente. Y entonces, ¡boom! Se genera la emoción y seguidamente, la conducta.

Para explicarlo mejor, imagina esta situación: Si mi pareja me dice que saldrá con sus amigos esta noche y, al llamarlo por teléfono, no responde, mi reacción dependerá de mis creencias.

Si confío en él y en lo que me ha dicho, pensaré: "Seguramente está entretenido conversando y no escuchó el teléfono. Me devolverá la llamada cuando se dé cuenta de que le marqué." Como resultado, me sentiré tranquila y confiada.

Pero si desconfío de él o de su grupo de amigos, pueden surgir pensamientos como: "¡Quién sabe dónde estará! ¡Seguro me mintió y está con otra persona!" En este caso, me invadirá la ansiedad y el temor.

¿Ves? Es la misma situación, pero las reacciones son completamente distintas según lo que pienso y creo.

Todo se resume en la fórmula: Pensamiento -> Emoción -> Conducta.

El pensamiento crea una emoción, que a su vez genera una conducta.

En consulta, uso mi logo para ayudar a mis pacientes a entender este principio. A veces, las emociones los dominan por completo y no pueden pensar con claridad. Se sienten mal, pero no identifican el motivo, porque no se detienen a analizar qué están creyendo sobre la situación que están viviendo. Otras veces, se desgastan elaborando mil escenarios en su mente, lo cual les impide experimentar el bienestar que desean.

La clave está en sincronizar la mente y el corazón a favor del resultado que queremos.

Si quieres sentirte bien, necesitas pensar bien.

Si te sientes mal, detente un momento y analiza:

¿En qué estoy pensando? ¿Qué estoy creyendo? ¿Es realmente cierto?

De todo corazón, deseo que tu mente y tus emociones trabajen en armonía para que puedas experimentar el bienestar emocional que mereces.

Liliana Henríquez

Créditos de la creación de mi logo a Anderson Amaya. ¡Gracias!