Renuncia a las cosas vencidas

Es tiempo de cambiar de etapa

3/7/20252 min read

person holding brown maple leaf during daytime
person holding brown maple leaf during daytime

¡Qué útil sería que las situaciones en nuestra vida vinieran con fecha de vencimiento, como los alimentos! Así sabríamos exactamente cuándo dejar de aferrarnos a ellas. Imagínalo: miras una relación, un trabajo o un hábito y ves una etiqueta que dice “Consumir antes de…”. ¡Sería genial!

Pero la realidad es que la vida no funciona así. Pasar de una etapa a otra implica aprender a soltar lo que ya no nos sirve. Los bebés dejan el tetero para tomar en vaso, los niños crecen y la ropa les queda pequeña en cuestión de meses, y los árboles sueltan sus hojas en invierno para florecer en primavera. La naturaleza lo tiene claro… ¿y nosotros?

Crecer duele, pero quedarse estancado duele más.

El crecimiento es parte de nuestra evolución, y cada nueva etapa nos pide una renuncia. Pero, ¿Cómo saber cuándo es momento de soltar?

  • Cuando ya te “aprieta” la situación o el vínculo. Si algo que antes te hacía sentir bien ahora te incomoda, es una señal.

  • Cuando no sientes paz. Si lo que antes disfrutabas ahora te genera ansiedad o frustración constante, es momento de cuestionarlo.

  • Cuando todo se vuelve automático y sin reto. En el trabajo, por ejemplo, si ya haces las cosas en piloto automático y no sientes emoción ni desafío, tal vez sea hora de buscar algo nuevo.

  • Cuando las conexiones ya no fluyen. A veces, las personas toman caminos distintos, y no pasa nada. Forzar una amistad o relación que ya no te nutre solo desgasta a ambas partes.

Si te identificas con alguno de estos puntos, es momento de hacer una pausa y reflexionar. Porque si sigues aferrándote a lo mismo, lo único que conseguirás es frustración y estancamiento.

Atreverse a soltar es un acto de valentía

El miedo a cambiar es real, pero aferrarse a lo que ya no suma también es un riesgo. Crecer implica decisiones difíciles, pero necesarias. Así que te dejo unas preguntas para reflexionar:

¿Qué hábito ya no te funciona?

¿Qué relaciones han tomado un rumbo distinto al tuyo?

¿Qué actividades ya no te aportan crecimiento?

Evalúa, confía y atrévete a tomar decisiones. La vida es demasiado corta (y a la vez larga) como para seguir alargando la fecha de vencimiento de algo que ya se venció. Te mereces vivir con plenitud cada etapa y aprovechar cada oportunidad de crecimiento que la vida te ofrece.

Liliana Henríquez