El día que Stop me recordó al Journaling

El poder de la Introspección

7/11/20252 min read

woman in white long sleeve shirt writing on white paper
woman in white long sleeve shirt writing on white paper

¿Alguna vez has jugado Stop?

Ese juego donde uno tiene que escribir un nombre, apellido, cosa, lugar, fruta, profesión… con una letra específica.
Bueno, cuando jugamos Stop nos ponemos creativos:

Nombre con S: Sutanito

Profesión con T: Tiktoker

Color con L: Lila eléctrico

Y así pasamos un rato bien divertido entre amigos y familiares.

Entre más lo pienso, más me doy cuenta de que ese juego se parece mucho al journaling (Esa técnica que consiste en escribir libremente sobre lo que piensas y sientes).

Y quizá te preguntes:
¿Qué tienen en común el journaling y jugar Stop?

Ambos son ejercicios de introspección. Nos permiten “ver hacia dentro”, salir del piloto automático y detenernos a pensar.
Cuando hacemos alguno de estos dos ejercicios, tenemos que pausar y enfocar la mente:
– En Stop, nos concentramos en encontrar palabras con una letra específica.
– En el journaling, nos enfocamos en identificar emociones y pensamientos.

Y así como en Stop a veces salen respuestas muy locas, cuando escribimos sobre lo que sentimos y pensamos también pueden aparecer ideas que no habríamos imaginado si no hubiéramos hecho el ejercicio de pausar y escribir.

Otra similitud que noto entre ambos, es que nos impulsan a buscar asociaciones entre ideas.
En Stop, tienes que pensar rápido en el nombre de una ciudad, una fruta, una profesión...
Y cuando haces journaling, también necesitas hacer conexiones internas:
¿Por qué me sentí así?
¿Qué conecta este recuerdo con lo que estoy viviendo hoy?

El juego de Stop y el journaling te invitan a responder desde lo que tienes disponible: conocimiento, intuición o experiencia.

Y sí, ambos también te confrontan con tus puntos ciegos.
A veces, en Stop, te das cuenta de que no conoces ninguna flor con "Q" o que siempre repites la misma fruta.
En journaling, descubres vacíos más profundos: emociones no nombradas, hábitos no cuestionados o heridas que no sabías que seguían ahí.

¿Ves que sí se parecen?

El juego de Stop no es mi favorito, pero el journaling lo amo.
Y no me voy a cansar de recomendarlo como una de las técnicas terapéuticas más efectivas que existen.

Te invito a probarla… o retomarla, si la dejaste abandonada.
Y si no la conoces, te la presento con cariño en este artículo.

Sigamos jugando, sigamos escribiendo, sigamos sanando.

Liliana Henríquez